Cuentos cortos

Apagón: El deseo del Quarterback

Alan observó a su cabizbajo hermanito subir las escaleras, sus hombros caídos denotaban su tristeza. Le dolía saber que era muy difícil para Ryan poder relacionarse con los demás.

Suspiró cansado, y se giró a atender la puerta al oír el sonido del timbre. A pesar del ruido de la música, el retumbar del timbre se podía escuchar claramente en la casa.

Dio una mirada a su alrededor, y sonrió con pesar. Era su fiesta de cumpleaños, y al igual que su hermanito, él no se estaba divirtiendo. Se sentía extraño y anhelante, y echaba chispas de tan sólo pensar que su actual estado de ánimo era culpa de…

 —¿Justin?

De pie junto a la puerta, el quarterback del equipo de fútbol lo miraba atentamente. Sus azules ojos lo recorrieron de arriba abajo acariciándolo con la mirada, Alan se estremeció al observar el hambre brillando en esos ojos. La sonrisa maliciosa dibujada en el rostro de Justin fue lo único que lo sacó del aturdimiento en que estaba.

¿Pero qué demonios hacía este tipo en su casa? Alan gruñó, e hizo el intento de cerrar la puerta, un fuerte brazo lo detuvo con tan solo un movimiento.

—Hola Alan —murmuró Justin, su ronca voz era como una caricia para sus sentidos—, ¿no me invitas a pasar?

Alan se quedó como una estatua de piedra, y sus ojos como platos mirando aturdido al inesperado visitante frente a él.

Justin se encogió de hombros al no obtener una respuesta, y empujó hacia un lado a Alan antes de pasar.

Alan se sacudió, y cerró la puerta. —¿Qué rayos haces aquí?

La sonrisa de Justin desvió la mirada de Alan de sus azules ojos hacia su boca, derritiendo su enojo con esa coqueta sonrisa en esos gruesos labios, haciéndolo recordar lo maravillosa que…

—Quiero hablar contigo —dijo Justin, interrumpiendo sus pensamientos.

Alan asintió.

—Sígueme —logró decir a pesar de su nerviosismo, y caminó hacia el estudio de su padre, sintiendo la mirada de Justin en su espalda, y quizás… ¿en su culo? ¿Le gustaba a Justin como cada globo de su trasero era duro y apretado? ¿Estaría anhelando una pequeña mordida a su culo de burbuja?. Alan casi tropieza al darse cuenta hacia dónde se dirigían sus pensamientos. ¡Demonios! No quería tener esos pensamientos ligados a Justin.

Bufó, y bajó rápidamente la mirada a su polla, estaba semidura desde que vio al quarterback, y estaba enojado consigo mismo por ello. No quería desearlo. Justin era un idiota cabeza dura, y Alan estaba harto de sus juegos.

Su caprichosa mente escogió ese momento exacto para hacerle recordar el beso, el único y caliente beso que habían compartido hace un par de días. Sus labios hormiguearon con tan sólo ese recuerdo.

Abrió la puerta, y se situó en medio de la habitación. Esperando.

Justin le sonrió, y cerró la puerta. Caminó lentamente a su lado, y de pronto, todo quedó a oscuras.

—¿Qué demon…?

Sus palabras fueron cortadas por la boca de Justin, y Alan gimió. Ningún recuerdo podía compararse con esta realidad. La suavidad y la tibieza de esa boca, mezcladas con el hambre y la pasión eran mejores que cualquier recuerdo que guardara de este hombre.

Alan se apretó al grande y fuerte cuerpo de Justin, y gruñó de placer cuando las grandes manos de Justin tomaron su culo, amasando y apretando. Sí, Justin amaba su culo, una risita poco masculina escapó de sus labios, pero luego se convirtió en un gran gemido de placer.

 Sus manos recorrieron los brazos de Justin, apreciando los fuertes músculos bajo su piel. Jadeó, y sintió como ondas de placer recorrían sus venas cuando sus pollas entraron en contacto. A pesar de la ropa, Alan podía sentir el duro eje rozarse contra el suyo. Trató de respirar, pero era una tarea imposible. Sus pulmones quemaban por falta de oxígeno, pero por nada del mundo dejaría de besar esa boca que había deseado desde que vio por primera vez a Justin.

Justin lo levantó en sus brazos, y Alan rodeó su cintura con sus largas piernas. Se aferró al cuello de Justin y bebió de su boca, el sabor era un afrodisíaco para él. Le encantaba que el quarterback estuviera construido como una pared de ladrillos, ya que podía sostenerlo sin despegar sus bocas, y sin hacer ningún esfuerzo por su peso.

Alan se sentía en la gloria, ni siquiera le importó los murmullos preocupados, por la falta de energía eléctrica, viniendo de sus invitados en la sala de estar. La oscuridad rodeándolo sólo realzaba sus sentidos, y todos ellos estaban concentrados en Justin.

Respiró profundamente, y adoró el aroma de su quarterback. El almizcle mezclado con el olor a limpio y jabón eran como una droga para él.

Sus labios lentamente se separaron, y Alan gimió queriendo más.

Justin rió, y le dio un pequeño beso antes de alejar su rostro, pero sin soltar el agarre de Alan.

—Pensaba hablar contigo antes de llegar a esto —susurró Justin con voz ronca, acariciando el trasero de Alan una y otra vez.

Alan gimió. —Hablar esta sobreestimado…—gruñó antes de volver a tomar la boca de Justin en un beso voraz. Todos sus deseos fueron puestos en cada movimiento de sus lenguas.

Las manos de Justin se metieron bajo su camiseta, acariciando en círculos la piel a su alcance. Alan sentía que estaba a punto de derretirse con tanto placer, era demasiado.

Sus gemidos llenaron el estudio, y jadeó cuando una corriente de electricidad recorrió su cuerpo. Justin tenía su mano acariciando su eje a través de los jeans, y Alan quería tanto arrancárselos para poder sentir la fuerte mano de Justin recorrer la piel de su eje.

Justin rompió el beso, su boca se deslizó por su cuello, chupando y lamiendo a su paso.

—Justin…

—Mmmm —Justin chupó el lóbulo de su oreja—…he querido —besó la piel de su cuello—…tenerte en mis brazos —chupó, arrancándole un gemido a Alan—…desde el día en que te conocí —le dio una lenta y sensual lamida, antes de empezar el proceso otra vez.

  Alan gimió extasiado, pero aun así se alejó unos centímetros, y gruñó frustrado al no poder ver el rostro de Justin en ese momento. ¡Joder! Quería mirar sus azules ojos, y ver en ellos si todo lo que decía Justin era verdad.

Estaba enamorado del hombre, pero no quería salir lastimado.

Acarició su rostro, y cerró los ojos recordando cada detalle, su fuerte mandíbula, sus regordetes labios, el brillo de sus ojos, y su corto cabello rubio brillando a la luz del sol.

—Alan… —susurró Justin junto a sus labios—, te quiero.

Alan gimió, y besó otra vez su boca. Se aferró a su cuello, y empezó a moverse. El roce de sus pollas era una agonía exquisita. Ambos gruñían por lo cerca que estaban de su orgasmo.

Justin devoró su boca, empujando su lengua en su interior, sus dientes le dieron una pequeña mordida a sus labios. Y con tan sólo esa caricia, Alan enloqueció. Aferró fuertemente sus piernas en la cintura de Justin, y empezó a moverse arriba y abajo, enviándolos a ambos al borde. Ondas de calor fluían por su cuerpo.

—Joder… —exclamó Justin con la respiración jadeante, moviéndose al ritmo de Alan.

Un ligero estremecimiento bajó por el vientre de Alan, volviéndose una intensa oleada de placer. Arqueó la espada y un largo gemido escapó de sus labios cuando se corrió.

Justin gruñó, y con dos movimientos más de caderas también llegó a su culminación. Alan trató de recuperar el ritmo normal de su respiración, y apoyó su cabeza en el hombro de Justin. Quería tanto poder ver su rostro en esos momentos. Mirar dentro de esos pozos azules de sus ojos, y disfrutar de la satisfacción titilando en ellos.

—Te quiero —volvió a repetir Justin junto a su oído.

Alan lo abrazó, y trató de calmar su agitado corazón. No sabía si latía de ese modo por el orgasmo derrite cerebros, o por las palabras de Justin.

—¿Alan? —la incertidumbre en la voz de Justin lo hizo levantar la cabeza. La luz iluminó la habitación, y ambos sisearon cuando la inesperada claridad lastimó sus ojos. Cerraron los ojos por unos segundos antes de volver abrirlos.

Lentamente Alan bajó las piernas, pero sin alejarse de Justin. Sus brazos aún seguían rodeando su cuello. Miró hacia arriba, y el miedo en la mirada de Justin lo espabiló.

—¿Lo dices en serio?

—Claro que lo digo en serio —gruñó Justin, apretándolo más junto a él.

—Es que… lo que pasó hace unos días… yo creí…

Justin suspiró.

—Lo siento —susurró y besó dulcemente los labios de Alan—, lamentó haber actuado como un idiota e ignorarte estos días después de ese alucinante beso. Pero era la primera vez que besaba a un chico, y jamás nadie me había afectado tanto como tú. Eres lo más especial que me ha sucedido en la vida.

Alan suspiró, se acurrucó contra el pecho de Justin.

—Me tomó sólo un momento comprender que te quiero —susurró Justin contra su cabello—, y no quiero perderte —puso una mano bajo la barbilla de Alan, y levantó su rostro.

—Te quiero también Justin… —susurró Alan, jalando a Justin para otro beso.

Sus labios se encontraron en un tierno beso, y Alan suspiró feliz. Agradecía a Dios por el apagón, si no hubiera sido por la inesperada oscuridad, tal vez no hubiera dejado que Justin se acercara y declarara sus sentimientos.

—Feliz Cumpleaños… —susurró Justin, mientras lo miraba con una sonrisa en sus hinchados y húmedos labios.

Alan sonrió, y tomó la mano de Justin, jalándolo hacia la puerta.

—¿A dónde vamos? —preguntó curioso Justin, siguiendo a Alan sin vacilar.

—A limpiar el desastre en nuestros pantalones —murmuró divertido Alan.

Justin rió tras él, haciendo que el corazón de Alan se saltara un latido. Sí. Debía agradecer al artífice del apagón, porque la oscuridad había destruido cualquier resistencia que hubiera tenido hacía Justin, y además, ambos habían descubierto bajo el amparo de las sombras, que eran perfectos el uno para el otro.

21 comentarios en “Apagón: El deseo del Quarterback”

  1. POR DIOSSSSSSSSSSSSS QUE HISTORIA TAN GENIAL YO SI ME PREGUNTABA QUE SERIA DEL HERMANITO MAYOR GGGGGGGGGG ÑAM, ÑAM GRACIS CAROL ESTA ESPECTACULAR COMO TODO LO QUE ESCRIBES BESOS

  2. Hola bueno aquí vemos que elhermano mayor ajaja también tuvo un excelente cumpleaños. Y el apagon también fue bueno para el!!a me encantoo!!! Fue muy dulce los te quieros!! Me re gustoo!!! Gracias por compartirlo! Besos!

  3. Ohhhhhh!!!!!!! que linda historia, muchas gracias por ella, no me esperaba que Alan estuviera enamorado del Quarteback de su equipo, jajaja… No dejes de escribir sobre estos dos hermanos y sus enamorados, me han enganchado.
    Un saludo y gracias por el corto!!!!

  4. Gracias por esta segunda parte de la historia anterior, me a gustado muchisimo como todo lo que escribes. Como te dicen por aqui en otros comentarios, por favor sigue escribiendo sobre estos dos hermanos, a mi tambien me tienen enganchadisima.
    Sigue asi, eres la mejor, gracias como siempre por darnos la oportunidad de leer lo que escribes 🙂

  5. Felicitaciones tu siempre sorprendiéndonos con las cosas que escribes, sigue así y por favor sigue deleitándonos con tus espectaculares creaciones.

  6. Uff!!! Estos hermanitos son de lo mas hot…. ahora quisiera saber quien corto la luz algun primo …amigo???? gracias y espero nos sigas deleitando con estos super relatos…

  7. hola Carolina
    me han gustado mucho las dos historias de Apagon, me pregunto que mas habra pasado en ese corto tiempo, creo que me encataria leere mas historias y tambien que pasa despues.

  8. Carolina no había leído nada tuyo hasta hoy y tengo que reconocer que llego tarde: lo haces muy bien, me ha gustado mucho el relato. Quería hacértelo saber y no pasar de puntillas por aquí. Sigue así.

    Besote!

  9. Apenas te voy descubriendo y ya me e enamorado de lo que escribes.
    Estupendas historias, todas me dejan con las ansias de leer la siguiente y la siguiente y de buscar mas

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